De la misma manera en que la tecnología avanza y se apropia de los quehaceres de la vida cotidiana de las personas, el arte, en todas sus manifestaciones, no es ajena a este proceso. Desde hace mas de una década que el uso tecnológico se hace mas presente y habitual, ya que se presenta como algo natural en las personas, cotidiano, y de masiva accesibilidad.
Las tecnologías multimediales interactivas han cobrado un lugar de resonancia dentro de los emprendimientos artísticos desde hace ya mucho tiempo, generando una nueva forma de ver y desarrollar el proceso de construcción de sentido de una obra artística.
El cruce que se da entre diferentes disciplinas artísticas potencia tanto el proceso como el resultado del hecho artístico, destacándose el trabajo grupal como medio para alcanzar los objetivos planteados.
Al momento de comenzar el trabajo de intervención del espacio público, A.mo.ver decidió trabajar sobre estas ideas: la inter/trans disciplina y la utilización de tecnologías multimediales para sustentar la idea principal del trabajo, priorizando el equilibrio entre los recursos humanos y tecnológicos. A partir de esta premisa nos manejaríamos entre dos grandes aspectos para encuadrarnos y llevar adelante el proyecto: Componente Danza y Componente Tecnológico.
Decidimos trabajar sobre una única plataforma que sea capaz de controlar y administrar todo el componente tecnológico. Se optó por el uso del software Isadora.
Luego del relevamiento de los espacios físicos y obtención del material para la muestra, se pasó a la etapa de ensamble, en la cual se da forma al material obtenido(edición) y se decide de qué manera se lo va a utilizar. Contamos entonces con: material sonoro y videos pre –grabados, captura de video + procesamiento en tiempo real, el componente danza de los performers y técnicas de mapping sobre las estucturas físicas del espacio a intervenir.
- Una idea de memoria
Imposible pensar en una idea de la memoria sin su vínculo con la arquitectura. En nuestras salidas al previo recolectamos imágenes con texturas y recovecos que nos acercaron algunas ideas:
- Nuestra idea de memoria tenía que tener opuestos binarios: destrucción+construcción+ de/construcción.
- Existía una asociación con ciclos, huellas en el cuerpo y calidad de movimientos que se derivaron de sensaciones de derrumbe, en un espacio físico en re/creación.
- Las tecnologías como memorias virtuales, virales, expansibles. A su vez con un concepto de velocidad que atrofia y reemplaza…
- Búsqueda por co-construir una noción de “Memoria sustentable” (o”X” pero que resultaba una nueva definición) que tenga que ver con algunos puntos de fuga: Lazos vinculares naturales (símil a la sinapsis cerebral) y que se proponga recuperar lo que no tienen las memorias tecnológicas (emoción/ intuición).A su vez con la idea de memoria especular, plantear porqué “Hay contacto entre la gente pero no conexión genuina”.
- Resultaba vital plantear entonces un eje temporal – perduración independiente de la individualidad, que de cuenta de lo COLECTIVO. Y con un próposito, un sentido: el diálogo con la capacidad de creación/acción.
- Nos propusimos jugar con la idea de “presencia vs. ausencia” para pensar lo pregnante de la memoria. Y a su vez postular el olvido como huella.
- Investigamos las ideas de Augé sobre el “retorno-suspenso-recomienzo” y la imposibilidad temporal del presente.
En los sucesivos días los aportes de Freud empezaron a cobrar un fuerte énfasis: el referente del psicoanálisis insiste en términos psicológicos y no neurológicos, en su idea de la existencia de complejos e intrincados sistemas de huellas mnémicas (siendo la memoria la función a ellos atinente) en los que los recuerdos son archivados por categorías en función de relaciones (de semejanza, simultaneidad, etc.). “Nuestras percepciones -nos dice Freud- se revelan también enlazadas entre sí en la memoria, sobre todo de acuerdo con el encuentro en la simultaneidad que en su momento tuvieron. Llamamos asociación a este hecho”. (S, Freud, La interpretación de los sueños (1899), p.532, cursiva en el original).
Freud articula la memoria con la temporalidad, a partir de su concepto de recuerdo encubridor. Estos recuerdos son una de las cinco grandes formaciones de compromiso observables en la vida psíquica (junto con los actos fallidos, el sueño, el chiste, y el síntoma), en las que siempre está en juego la solución de compromiso entre el deseo y la defensa.
A través de ellas se puede percibir con claridad cómo un contenido reprimido puede reingresar a la conciencia, por estar lo suficientemente “disfrazado”, y ser irreconocible, manteniéndose así el equilibrio del aparato psíquico (o generándose así, en el caso del síntoma, una nueva forma de equilibración, de homeostasis, del psiquismo).
El recuerdo encubridor suele caracterizarse por su especial nitidez mnémica, por su insistencia y recurrencia, y por la poca importancia (aparente) de su contenido, provocando habitualmente la extrañeza: ¿por qué retuve de toda mi primera infancia tan sólo este recuerdo tan insignificante? Desde luego, como su nombre lo indica, está al servicio de encubrir, por vías de mecanismos de desplazamiento y condensación, otros recuerdos significativos para la estructuración del psiquismo, y su expresión fantasmática, todo lo que debió ser reprimido.
La temática del recuerdo encubridor, trae mecanismos interesantes para problematizar: cómo creamos un recuerdo, cómo lo interpretamos, cuál es el valor de la percepción, y qué de nuestra infancia se invisibiliza y cobra sentido muchas veces en el mundo de los sueños…¿qué es real y qué es sueño? para eso investigamos también en las pruebas de realidad para encontrar totems y más ideas.
- Una idea de cuerpo
Lo primero: situarse, recorrer el espacio para respirarlo. Un loop. Allí aplicamos la técnica de deriva situacionista de Guy Deboard. Conceptos de la Psicogeografía que nos fue a fin para encontrarnos con un lugar para pensar el cuerpo en su totalidad, desconocido a veces pero siempre con una territorialidad delimitada.
Guy Debord establece una reflexión a las formas de ver y experimentar la vida urbana, así en vez de ser prisioneros de una rutina diaria, él plantea seguir las emociones y mirar a las situaciones urbanas de una forma nueva radical. Teníamos que pensar el espacio de nuevo, de cero y allí imaginar el cuerpo.
Es que en ese recorrido y casi en tiempo de descuento, descubrimos nuestro espacio para intervenir: la escalera central. Con la escenografía comenzamos a imaginar qué y cómo movernos tratando de desnaturalizar un lugar de tránsito que nos invita una sola manera de vivir un espacio. Una sola acción que puede realizarse con el cuerpo.
Sumado a está búsqueda, agregamos el componente parasitario y todo cobro sentido. Recuperar esas huellas sobre cómo transitar, caminar, pararse, ser y estar en un lugar nos dió la pista para crear un sistema de movimientos: Las frases de la infancia que limitan y pre/formatean el cuerpo en la realidad y cómo en los sueños podemos encontrar otras formas de movernos, llevar al limite el cuerpo, salirse de los bordes e intervenir el espacio para apropiarse y encontrarse con la esencia del Yo.
El cuerpo también sería sonido y marcaría el ritmo: no solo con las voces de los colegas y el contenido de las frases, sino también con los lockers como un objetos presentes, como lugar para guardar información, como aquello que perturba y quiere salir en forma de percusión.
El software Isadora acercó la posibilidad de que el cuerpo dialogue con el espacio, lo intervenga a través de cada paso o incluso quietud. Aunque nada dejo de pasar por un constante testeo del cuerpo in situ.
- Una idea de imagen
Una imagen es una construcción, tanto del espectador, como del quien captura el momento. Es también emoción, pensamiento y memoria. El ojo de la cámara no solo estaba presente en el colectivo y en la experticia de los colegas, sino en el recorte. El desafió no solo era traer el afuera del espacio al adentro, sino cómo se iba a componer una nueva historia en una escalera. Cómo intervenir a través de las imágenes, cómo provocar el espacio.
Es en esa composición que se editaron videos, y luego se diseñaron combinaciones con el movimiento e Isadora, para que cada movimiento genere una imagen nueva.
- El enlace “Memoria, cuerpo, imagen”
Todos los bocetos se fueron ajustando y dando como resultado un relato final que uniera los tres componentes. Un primer momento en el que el hombre que sueña se hacia presente y en una caminata por sus profundos recuerdos se acerca a una puerta imponente, antigua y con un misterioso pasillo que deja entrever despierta su curiosidad. Un candado añejo la resguarda.
Al mirar por la mirilla se hacen presentes las frases de su infancia. Otro lugar, algunos cuerpos que invaden molestos otras formas de recorrer los espacios. Ruidos y algo nítido: un cuerpo que con cada palabra se vuelve rígido, deja de explorar sus posibilidades. Aprende un códice. Se desdobla en una especie de Yo, Ello y Superyo del movimiento.
Hasta que se vuelve insoportable… el ruido de los lockers interrumpe con esas huellas mnémicas que quieren salir. Y allí un nuevo cuerpo aparece que invita a experimentar otras formas de caminar, otras maneras de subir una escalera, otros riesgos que tomar.
Lo onírico y lo real se unen para dar un cierre: el de un grito y un cuerpo abatido en sus dualidades que cae para renacer en nuestros pensamientos e historias.